martes, 5 de febrero de 2013

¿Y como hemos llegado a esto?


Escribo esto mientras veo noticias de crisis, corrupción, guerras, atentados y demás cosas lindas en la televisión. ¿Y como hemos llegado a esto?.

Pues la respuesta (o gran parte de ella) la tiene Josep Fontana en su estupendo libro “Por el bien del imperio” (Pasado & Presente, 2011). Él mismo en el prologo del libro nos explica como se decidió a escribirlo: al ver las mismas noticias que ahora mismo ando viendo yo. Y dejando atrás su especialidad en historia moderna y contemporánea para lanzarse al precipicio de los últimos 70 años de nuestro planeta.

El libro se plantea sobre una simple idea: ¿por qué fracaso el ideal político de prosperidad mundial que se estableció durante la Segunda Guerra Mundial en la mente de algunos de los dirigentes aliados?. Tras la caída del régimen nazi y del imperio japonés, se quería crear un estado de bienestar mundial, que ayudara a todos los países del mundo a ser estables y prósperos para evitar la tentación de caer de nuevo en regímenes totalitarios como los que causaron la ultima guerra.

Y el como se paso de esa idea a la situación de hoy en día es en lo que se centra Fontana en las poco más de 1200 paginas que tiene el libro. Analiza la política de bloques que se inicio nada más acabar la guerra y que dividió a Europa y mas tarde a todo el mundo. Como en la parte occidental de Europa esta política se instalo mezclando a Keynes con Smith y en la parte oriental como se trato de llegar a la misma meta del bienestar desde postulados de índole comunista.

Pero a diferencia de “Postguerra” de Tony Judt (Taurus, 2006) que solo se centra en Europa, Fontana va mas allá y nos muestra la carrera de las dos potencias por instaurar sus ideas en el resto del mundo. Vemos como las políticas de EE.UU y de la U.R.S.S. afectaron a América del Sur y Asia; además del abandono de África en cuanto a intervención política que no económica (una colonización encubierta en forma de empresas exportadoras de recursos naturales).

Poco a poco iremos viendo el pase de la idea económica de Keynes a la ideología cocida en Chicago por Milton Friedman y sus seguidores, como EE.UU pasa de ser una potencia benevolente que influye de manera indirecta en la evolución de sus aliados a ser una potencia intervencionista que solo trata de contener a un comunismo que solo se muestra unido de puertas para fuera y que por dentro se va mostrando poco a poco como un cadáver que niega su muerte.

Asistiremos de su mano el fin de la socialdemocracia en Europa y la progresiva desmantelación del estado del bienestar que hasta hace unos años vivíamos plenamente y que posiblemente nunca recuperaremos (al menos como lo concebimos y hemos conocido). Nos mostrara el intento de África de sacudirse las cadenas que la atan y como esta ha sido aplastada sin que nadie moviera un dedo para evitarlo. El uso de América Latina como laboratorio de ideas económicas y el nuevo ascenso que esta sufriendo Asia en este inicio de siglo.

Todo esto en manos de otro autor podía haber sido lo que normalmente llamamos un ladrillo de 1200 paginas, de esos que ves y ya te están entrando ganas de dormir. Pero Fontana consigue todo lo contrario, ya que no se ha limitado a hacer un libro aséptico en el que simplemente se narre lo conocido y se le sumen cifras para hablar de economía.

Fontana es profesor, ha vivido la época de la que habla y cree en que el estado de bienestar (milito en el PSUC durante más de 20 años), lo vio crecer en España a imagen europea y ha visto como se ha derrumbado en toda Europa. Todo esto se nota en las paginas de este libro que esta escrito como respuesta a una pregunta, y como toda respuesta ha de ser clara, cargada de información pero entendible para aquel que desee escucharla.

Y yo os animo a que la escuchéis porque merece la pena. Y la edición esta bastante bien cuidada: todos los días que lo leía lo llevaba en la mochila y trasteaba bastante y he decir que no se le nota mucho el trasiego, y eso en un libro tan voluminoso se agradece, frente a otros con el mismo tamaño que nada mas verlos ya se están desencuadernando.

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